jueves, 31 de enero de 2013

MIS SUEÑOS EN 39 COLORES




                               


Os ofrezco uno de los capítulos que conforman mi último libro. SUEÑOS EN 39 COLORES, elijo el de nombre HORTENSIA GALLEGA, adornado con algunos versos del Romancero Gitano de García Lorca.


                      A veces,  no lograba conciliar mi temor a entrar en el mundo de los sueños con mis deseos de recorrerlo en busca de su olor, su rumor o, sencillamente, su presencia efervescente. Eran noches de terribles impaciencias, debatiéndome entre la duda eterna del deseo de encontrarla y mi injustificado miedo a perderla. Sabía, pensaba y temía que alguna vez mi Sueño se convertiría, precisamente en lo que era, simplemente un Sueño. Sabía que  esa realidad, conllevaría perderlo, a él y a la mujer que dulcemente vivía en su interior, envuelta por las nubes en los 39 colores de mis fantasías mezcladas con los recuerdos…


                     Para llamar a la puerta de ese mundo donde buscarla, cerraba los ojos y recordaba la primera vez que nos amamos, que nos hablamos y que nos miramos. Y lo hacía, evocando en la distancia unos versos insolentes, como paridos para nosotros, acunados  en el Romancero Gitano…


                    Fue la noche de Santiago

                    y casi por compromiso.


                Y acaricio la locura de amor que nació aquella noche estrellada de julio con sabores a noviembre. Por fin, tras años buscándolo, tenía  al Sueño entre mis brazos.  Aquel día, lejano en el recuerdo y cercano en mi corazón, reventó como si el tiempo se hubiese congelado para establecer un espacio mágico donde solo existiésemos ella y yo. Un espacio sin fronteras, ni límites, ni reglas, donde evocar apasionadamente la entrada en ese círculo de ternuras y de amores atravesados.


                Se apagaron los faroles

                 y se encendieron los grillos…


                 Dentro de él, revivo nuestros besos y recuerdo el descubrimiento de nuestros cuerpos junto al convencimiento de que aquellos besos con sabor a octubre, eran besos que iban más allá de la entrega del momento, eran besos eternos, o me lo parecían,  sin principio ni final,  porque detrás de cada uno estaban nuestras almas.


               En las últimas esquinas, toqué sus pechos dormidos,

               y se me abrieron de pronto, como ramos de jacinto…


              Y en la metáfora, preñada de mariposas gallegas, de su cuerpo lleno de vida y de amores atrasado encontré la dulzura de unos brazos y de una mirada rebosante de la paz que mi insomnio esperaba, pacientemente, para poder alejar del corazón las brumas confundidas entre el deseo de encontrarla y el temor a perderla. Era el instante en que mirándola a la profundidad, inmensamente verde,  de sus ojos le pedía…


    “Cuéntame un cuento…”

    “¿Cómo lo quieres…?”,  me preguntaba dulcemente

   Y yo, desde la compañía entrañable de nuestra bandera amarilla le respondía:”Cuéntame un cuento que no le hayas contado a nadie…”


8 comentarios:

  1. Precioso leerlo una y otra vez Diego. Que hermosura de libro.
    Besos

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  2. Gracias Amaya, fiel seguidora de los sueños desde los tiempos de Uniradio.
    Besos.

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  3. Excelso y envuelto en ternura, delicadeza y calidez.
    Un abraciño,
    Rosa María Milleiro

    http://poemas-rosamariamilleiro.blogspot.com.es/

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  4. Gracia Rosa María por tu visita. He visitado tu blog pero no me permite dejar un saludo.
    Abraciño... Que adorable palabra gallega.

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  5. Nunca me importa volver a leer tus sueños para compartirlos desde y con la soledad de la madrugada.
    Saludos mi admirado amigo.

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  6. Gracias Soñadora vieja amiga de estos sueños en colores.

    Saludos cercanos

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  7. Poesía hecha delicadeza y un precioso nombre para el sueño... "Hortensia gallega".
    Felicidades

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  8. Gracias anónima lectora. Cierto que me gusta esa expresión, la utilizo con frecuencia en mis escritos. Es del viejo Darbón en Platero y yo.

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