Preso del mar y de la tierra
Viejo faro olvidado, guía nocturno que mira al mar, luz incansable, que alumbra más allá del horizonte; bañado por la sal de las olas, protagonista de novela negra, testigo de intrigas, naufragios y soledades.
Compañero de sirenas, guía de barcos varados,
salvador de navegantes sin rumbo,
espeleólogo de ninguna caverna,
lugar de encuentro donde rompen las olas.
Testigo de amor y desamores,
de encuentros furtivos en las madrugadas,
de risas de niños, llantos de madres, sueños y esperanzas.
No le asustan las más duras tormentas,
no le detiene más que la luz del día;
en las noches oscuras y siniestras,
alcanza su luz más allá de los vientos,
más allá del mar que le tiene preso,
más allá de la tierra que le fija.
Carmen Martagón ©
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