Esta excepcional fotografía de PACO GÓMEZ con la modelo LUNA ESPINO es merecedora de un ramillete de frases sacadas de mi libro SUEÑOS EN 39 COLORES
” Diez minutos que nunca respeté. Sabía que si te
acompañaba en el regreso a la realidad con caricias suaves, casi perdidas, como
besos robados por el viento de cualquier esquina, tu cuerpo se estremecería
como un racimo de uvas en septiembre.
"Yo te apartaba el cabello para mirarte a los ojos del alma, unas veces
sonreías mientras los entornabas y otras te sentabas a mi lado. Las piernas
recogidas con una gracia innata que oscilaba entre la inocencia y la
provocación, gustabas de pasarte tu chal de transparencias entre un hombro y
tus pechos que sonreían tras las proposiciones indecentes y mágicas del tejido
y, todo esto, lo hacías rodeada del silencio de la noche que apenas
comenzaba...
Así te recuerdo, en una calma mezcla de extenuación y de deseo renovado...
El Sueño, apenas perdió el miedo a despertarse y a
despertar sus pasiones, emergió en su verdadera naturaleza femenina espontánea
y apasionada. El sabía las innumerables formas de complacer a una mujer y sabía
también que el vigor cuenta menos que la paciencia. Por eso le hablaba, la
cubría de suaves caricias, llenas de labios trémulos, mientras que la amaba
hasta que la sentía despeñarse, sin posible retorno, por los barrancos
infinitos de la pasión...
"Diez minutos por favor..." Y sonreías con la inocente dulzura de
la hembra hecha mujer que se siente niña al enamorarse en la madurez. Entonces,
lentamente, llena de sensualidad, comenzabas el regreso hasta mi realidad, una
realidad que estallaba entre tus manos, cuando al sentir la quemante fuerza de
mi mirada en tu espalda, te girabas y subías a bordo de la goleta en que
viajaríamos juntos...
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