Gracias Maria José Leblic RuizdeAlarcón.
A DIEGO LOPA, CON TODO MI AMOR, PARA UN AMIGO PARA MÍ MUY ESPECIAL
Tu sonrisa inspiradora llegó a mí como un hechizo celeste en el tiempo.
Surgió la amistad que embelleciste con oro fino, anidando con tu presencia y ternura mis hojas de lectura.
Brillas en la vida haciendo mil favores cada día.
Contigo se caen los muros y aparecen amapolas olorosas y rojas.
Hueles a sueños, a 39 colores.
Eres pulso. Eres luz. Eres voz sedienta de radio.
Eres genio en reposo de tumba en tierra húmeda de William.
Y tú naciste dos veces para deleitarnos con tu prosa y paseos por los más recónditos lugares de tu tierra.
Porque tú, Diego, tu eres Huelva.
María José Leblic
Surgió la amistad que embelleciste con oro fino, anidando con tu presencia y ternura mis hojas de lectura.
Brillas en la vida haciendo mil favores cada día.
Contigo se caen los muros y aparecen amapolas olorosas y rojas.
Hueles a sueños, a 39 colores.
Eres pulso. Eres luz. Eres voz sedienta de radio.
Eres genio en reposo de tumba en tierra húmeda de William.
Y tú naciste dos veces para deleitarnos con tu prosa y paseos por los más recónditos lugares de tu tierra.
Porque tú, Diego, tu eres Huelva.
María José Leblic
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