De MIS SUEÑOS EN 39 COLORES. Hoy en color AMANECER.
Sin otro telón de fondo que las copas de los mangos, ni otro sonido que el
de los guacamayos adormecidos por el rumor de los cercanos manglares, nos
amamos desesperádamente, saciando el hambre y la sed acumulados en tantos días
de ausencia. Apenas hablamos, quizás por no distraer nuestros sentidos de su
verdadera dirección, por eso me extrañó cuando entre estertor y estertor me
acercó su boca húmeda a mi oído y me dijo:”Hueles a grano fresco…” y besándome
el cuello me susurró: “¡No sabes como quería estar contigo…!”
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