miércoles, 30 de agosto de 2017

MI CUADERNO DE BITÁCORA. ABU SIMBEL





                    EGIPTO, tierra enigmática, objeto de mis sueños viajeros durante años, había pasado la Nochevieja de 2.004 a bordo del DIAMONT navegando por el Nilo y estaba programada para el primer día de 2.005 la visita al templo de ABU SIMBEL, lo haríamos atravesando en autocar los 300 kilómetros que lo separan de ASSUAM.


                  Pese a la fiesta de la noche anterior, salimos a las 4 de la madrugada para tener la oportunidad de presenciar el amanecer en el desierto NUBIO… El viaje duró aproximadamente unas 3 horas, las autoridades egipcias han trazado una pista, ancha y casi recta a través del desierto hasta llegar al mencionado templo de ABU SIMBEL, lo hicimos en caravana siempre precedida y cerrada por vehículos militares como precaución ante eventuales problemas de seguridad.


                De mi idolatrada LAWRENCE DE ARABIA recordaba las noches estrelladas del desierto… Y QUE ESPECTÁCULO… miles de estrellas, silencio absoluto (a diferencia de las noches en alta mar) y mi fantasía que me hacía creer que aquella era mi casa desde siempre…     ABDEL, el guía, me indicó a preguntas mías, que pocas cosas tan bellas en el mundo como ver amanecer en el desierto NUBIO.  Doy fe de ello…


               Tardó un rato en concretarse, primero fue una banda de mil colores que se extendía sobre un horizonte interminable luego, cuando estos colores tomaban formas, otras más luminosas las empujaban hacia el cielo y, de pronto, sin más avisos, comenzó a asomar entre las dunas un disco naranja, difuso primero, radiante más tarde, fundiéndose con un cielo azul, absolutamente limpio de nubes que acabó iluminando todas las gamas inimaginables de colores, suavemente extendidos por la inmensa paleta ocre del desierto, miré el reloj… eran las 5,28 del primer día del año 2.005, si esta era una señal…QUE BUÉN AÑO SERA…


lunes, 14 de agosto de 2017

MIS HOJAS SUELTAS, LA FERIA DE LA CINTA

Se acercan las fiestas patronales de la Vigen de la Cinta, en mi niñez se celebraban en la Vega Larga, alargándose hasta la Plaza de Toros con su centro en la Plaza de la Merced. Os dejo una de mis HOJAS SUELTAS recordándola.

LA FERIA… después de los largos veranos y sus interminables tardes, cuando la luz se extendía más allá de las voces de los vendedores de caballas y de las biznagas de jazmín y cuando las Colombinas se perdían en el recuerdo de las calores de Agosto, llegaba Septiembre y los preparativos para las fiestas de La Cinta, la Patrona de Huelva y, además, en nuestro barrio de La Merced.

El ARCO, la entrada al mundo de los festejos, se arrulla en mis recuerdos junto al Colegio, mi colegio de San José y la calle Cala, luego esas imágenes se desperezan y lo situan en la misma esquina de la calle de la abuela María, donde permaneció durante los años de mi infancia y primeros de adolescencia.

Bombillas repintadas artesanalmente como los colores de mis fantasías, los altos postes pintados de azul y blanco y rodeados de guirnaldas vegetales que acababan secas al segundo día de feria. Los Gigantes y Cabezudos de la víspera, cuanta inocencia en la chiquillería mientras corríamos tras ellos… Los puestos desde la esquina de la tienda de Pepe hasta La Merced y lo que hoy es Paseo de la Independencia se abría ante nuestros ojos de niños felices como una avenida al Parnaso de las chucherías, allí se corrían las carreras de cintas en bicicleta, que solía ganar Genaro el del taller y las de camareros, todos uniformados, pantalón negro, chaqueta blanca y su pajarita como era habitual, llevando las bandejas y los frascos de agua que saltaban al compás de sus portadores.

En La Merced, los cacharritos, las voladoras, la grande y la chica, los caballitos junto a la cuesta del Carnicero y en la esquina de Paco Asunto las barquitas que los mayores más atrevidos hacían voltear entre la admiración de los pequeños… Todo el contorno de la plaza rodeado de puestos de bebidas, de algodón rosa, de higos chumbos, de botijos de agua fresca, de gamboas. Como recuerdo el puesto del mudo con escopetas de tiro desviadas y los balines disparados a moros que se escondían tras unas chumberas de lo más africanas. Y los enfermos del Hospital asomados a las ventanas que daban sobre la plaza, en mi calenturienta mente infantil, los internos del Hospital siempre me parecían gente de otro mundo, desde que una vez fui a visitar a alguien, que no recuerdo, y ví las enormes salas llenas de camas alineadas y las monjitas con sus ropas blancas y almidonadas.

Con los años estas fiestas se fueron perdiendo, cayendo paulatinamente en el olvido hasta desaparecer y aunque ahora se hayan recobrado en parte y se dividan entre la Merced y el Santuario, para mí, para el niño rubito siempre bien peinado, las Fiestas de la Cinta permanecerán ancladas, entre mis sueños, junto al ARCO que las anunciaba en la esquina de la calle del medio almú…

jueves, 10 de agosto de 2017

LOS SUEÑOS Y LAS IMÁGENES DE CARMEN XV




A los amigos de mis redes sociales que han seguido con interés los MARIDAJES anunciados en este mismo muro y publicados en mi blog personal Del Rosa al Amarillo, quisiera anunciarles que con este capítulo número XV vamos a darlos por completados con el sueño en color BLANCO AZAHAR. Sin las fotos de Carmen Núñez, enlazadas a MIS SUEÑOS EN 39 COLORES, estas publicaciones no habrían sido posibles.
Por mi parte ha sido un enorme placer y una gran satisfacción, desde el punto vista humano, esta colaboración con una mujer de un talante excepcional como es mi amiga Carmen.

Hoy ella misma quiere dejaros unas letras que os acercarán aún más al auténtico espíritu de estos MARIDAJES.


"Me llamo Carmen y  he  superado un cáncer de mama. La fotografía  ha sido mi terapia para enfrentarme a unos cambios que mi cuerpo iba a sufrir y no sólo sicológicos sino físicos. Fui consciente de cada etapa y además  aceptada. Necesitaba demostrarme que,  aún  sufriendo esos  cambios, seguía  siendo y sintiéndome una mujer. Dicen que  la actitud  ante una enfermedad es importante  y yo puedo decir que  si, que antes de verla desde el  lado negativo quise vivirla desde el otro lado, el positivo,  esa actitud  me ha ayudado, mucho no, muchísimo y hoy puedo decir que  he ganado esta batalla."

BLANCO AZAHAR 

Pero cuando nos mirábamos, solo mirarnos… inventábamos para buscar improvisados caminos, unos caminos que recorríamos, atolondrados y confundidos, en el más absoluto de los silencios y, sin embargo, en esa mutua y callada exploración de almas y cuer­pos, éramos muy capaces de encontrar en la dulce oscuridad de la estancia todo lo que buscábamos. Soltábamos botones, lazos y ro­pajes con la misma rapidez con que nos despojábamos de pudores y de ignorancias. Así seguíamos, entre atrevimientos y desazones, hasta que nos descubríamos desnudos, temerosos a lo desconocido pero bebiendo, entre azorados y anhelantes, la respiración y la sa­liva del otro.

Conocimos olores que nos embriagaban los sentidos, sinfo­nías desaforadas que nos hacían flotar, recompusimos febrilmente las piezas que revueltas, íbamos descubriendo a nuestro alrededor, en un deseo incontenible de alcanzar las profundidades del otro para perdernos, juntos y de la mano, dentro del mismo abismo. Un abismo donde poder quedarnos aprendiendo, con cada atardecer o con cada amanecida, que la planta del amor y del placer es de fácil cultivo y de más sencillo riego. De modo y manera que hasta los Sueños son dóciles a los requerimientos de la naturaleza…


viernes, 4 de agosto de 2017

LAS CARAS DE HUELVA

Os dejo como regalo agosteño el enlace para que podais seguir las 66 entrevistas efectuadas en el nuevo formato con invitados. Escritores, artistas, letrados, catedraticos, políticos, gente de la calle, actores... Un paseo por el tejido social de nuestra sociedad en 66 programas.


http://huelvatv.com/las-caras-de-huelva/

miércoles, 2 de agosto de 2017

LOS SUEÑOS Y LAS IMÁGENES DE CARMEN XIV

Os dejo una nueva entrega de los maridajes de MIS SUEÑOS EN 39 COLORES con las fotografías de Carmen Núñez
Hoy con frases sacadas del sueño en el color de la PAZ.

Había sido un día diferente, distinto, algo flotaba en el ambiente advirtiéndome que un suceso de imprevisibles consecuencias iba, de manera inevitable, a marcar el destino de mis ensoñaciones.

La vi, sentada de espaldas, contemplaba el mar con una entrega y una fijeza que, desde el primer momento, me hizo mirarla de una manera diferente. Era como si quisiera apoderarse de él con la profundidad de sus ojos, que aún sin verlos, aventaba llenos de nostalgias y recuerdos del alma.

Me senté junto a ella y, desde el instante que cruzó una mirada conmigo, supe qué nombre regalarle a este sueño, a la vez tan cercano como distante, lo llamaría PAZ, la misma paz que le brotaba a raudales desde el desamparo de sus profundos ojos llenos de carencias del alma