miércoles, 2 de septiembre de 2020

HOJAS SUELTAS. FUENTE DE LAS NACIONES

Otra de mis publicaciones que no han llegado a ver la luz pública tiene por título HOJAS SUELTAS. Recuerdos de mi infancia  engrandecidos en la memoria por la distancia. Sueños infantiles, anhelos de adolescente y miradas a la madurez.
Hoy comienzo con el capítulo titulado LA FUENTE DE LAS NACIONES



                      A veces, lograba ese permiso inconcreto para ir a cualquier parte, algunas de ellas, marchaba hasta el puerto atraído por esa extraña fascinación que siempre ejercieron sobre mí, los marineros extranjeros con sus extrañas lenguas y sus ansías de alcohol.
                    
                    Luego, serpenteando entre los raíles del mineral, venía a salir hasta el Muelle de los Ingleses, comenzando un siempre inacabado paseo, que solía detener en la Fuente de las Naciones. La fuente, rica en agua fresca y transparente estaba, para mí, rebosante de ilusiones…

                     Sentado en su interminable banco de ladrilletas rojas, rodeado de mosaicos con los escudos de los países iberoamericanos, me dejaba trasladar, con los ojos fijos en el concreto horizonte de la ría, hasta unos mundos ignotos en los me veía aclamado Caudillo, invencible guerrero y hasta dueño de un cuerno de la luna.  

                Eran aquellas unas tardes felices que luego me acompañaban hasta la Vega, con la dicha de sentirme dueño de mi propio universo adolescente…



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