Sé que los dos nos sentimos felizmente
vacíos, como si el cuerpo de cada uno se hubiese transmutado al del otro. Sé
que los dos tuvimos la sensación de que ese beso iba a marcar una fecha, para
siempre inolvidable, en nuestras vidas.
La seguridad de que después de ese beso
comenzaría una nueva existencia para los dos, de que nunca nos íbamos a lograr
despegar del recuerdo de estos labios posesivos y acariciantes que, por ambas
partes, tenían un marcado sabor a vainilla, limones dulces y canela en una
extraña mezcolanza llenas de voluptuosidades, asechanzas y entrega sin
posibilidad de retorno.
Una serie espectacular llena de buen gusto, sensibilidad y sensualidad. Enhorabuena a todos los que intervienen: poeta, modelo y fotógrafo.
ResponderEliminarY háganla al menos hasta los 39 sueños.
Felicidades.
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ResponderEliminarMaravilloso conjunto, maravillosa fusión. Enhorabuena a los dos.�� �� �� ��
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