MANUEL GARRIDO PALACIOS
Cuando un escritor de la categoría de Manuel Garrido Palacios, Académico de la Lengua Española de Nueva York, publicado en varios idiomas, guionista y director de programas en TVE, os dejo como ejemplo el mítico RAICES, escribe este precioso artçiculo sobre mi persona y el Pregón de esta noche, no puedo menos que sentirme orgulloso con la consideración que me hace el Maestro. Foto de Adolfo Morales.
DIEGO LOPA GARROCHO Y LA VELÁ DE SANTA ANA
Curiosa la aportación del barrio de La Merced a la cultura y a la expresión artística en la ciudad de Huelva, con sus ramales hacia Molino de la Vega, Colonias, Piterillas y Cuesta del Carnicero. Curiosa y brillante. No son palabras para rellenar huecos. Creo en ellas por cabales, ciertas. La plaza que da nombre al sitio, con su palmera gigante de testigo, la Casa Grande al lado y la marisma al fondo, vio jugar en sus bancos de hierro y en su templete de la música a Jesús Hermida, Juan Manuel Seisdedos, los hermanos Alejandre -Marismeños- Rafael Delgado, Juan de Mata, Jesús Arcensio, José María Segovia, Niño Miguel, Rafael Rofa, Manuel Peral, Fernando Vergara, cuya casa daba al Coso Taurino y al taller del escultor León Ortega, y a la gente del Grupo Santafé (Bar sede de un sueño) y más y más corriente humana en esa salida de Huelva a Gibraleón, circundada de cabezos con más historias que pliegues en sus margas terciarias, sin olvidar a Cuartoquilo, Miji, Trabuco, Cinini, Arturito, Chin Pun, Cuadri, Papera, Túnel, Sietenovias, La Sinnombre, Aurelio, los churros, El Valle, Paco Asunto, etc. La vida cribó la larga lista por razones de muertes, jubilación, traslados, pero lo que cada cual hizo, hoy pieza del puzle de un pasado, conformará mañana esa memoria colectiva capaz de elevar la anécdota a rango de categoría.
Otro que potreaba por ese ámbito, que vivía en la calle Medio Almud, trabajó, se licenció y doctoró en la Universidad de su tierra, puso en pomporetas la Radio de la UHU, presentó en la televisión a un gran plantel de personas en sus entrevistas, investigó hasta sus límites lo ocurrido con William Martin, ese ser virtual, cuya inexistencia removió estrategias decisivas en la II Guerra Mundial, prologuista y presentador de mucha gente escritora surgida en los últimos tiempos gracias al editor de Niebla. El hombre al que me refiero dará esta noche, viernes, a las 21.30, en el Antiguo Matadero, hoy Escuela de Arte, el Pregón de la Velá de Santa Ana, semblanza para escuchar por lo que diga de la época citada y por cómo lo diga, que el entusiasmo no bajó jamás un ápice en el buen hacer y decir del escritor Diego Lopa Garrocho.
DIEGO LOPA GARROCHO Y LA VELÁ DE SANTA ANA
Curiosa la aportación del barrio de La Merced a la cultura y a la expresión artística en la ciudad de Huelva, con sus ramales hacia Molino de la Vega, Colonias, Piterillas y Cuesta del Carnicero. Curiosa y brillante. No son palabras para rellenar huecos. Creo en ellas por cabales, ciertas. La plaza que da nombre al sitio, con su palmera gigante de testigo, la Casa Grande al lado y la marisma al fondo, vio jugar en sus bancos de hierro y en su templete de la música a Jesús Hermida, Juan Manuel Seisdedos, los hermanos Alejandre -Marismeños- Rafael Delgado, Juan de Mata, Jesús Arcensio, José María Segovia, Niño Miguel, Rafael Rofa, Manuel Peral, Fernando Vergara, cuya casa daba al Coso Taurino y al taller del escultor León Ortega, y a la gente del Grupo Santafé (Bar sede de un sueño) y más y más corriente humana en esa salida de Huelva a Gibraleón, circundada de cabezos con más historias que pliegues en sus margas terciarias, sin olvidar a Cuartoquilo, Miji, Trabuco, Cinini, Arturito, Chin Pun, Cuadri, Papera, Túnel, Sietenovias, La Sinnombre, Aurelio, los churros, El Valle, Paco Asunto, etc. La vida cribó la larga lista por razones de muertes, jubilación, traslados, pero lo que cada cual hizo, hoy pieza del puzle de un pasado, conformará mañana esa memoria colectiva capaz de elevar la anécdota a rango de categoría.
Otro que potreaba por ese ámbito, que vivía en la calle Medio Almud, trabajó, se licenció y doctoró en la Universidad de su tierra, puso en pomporetas la Radio de la UHU, presentó en la televisión a un gran plantel de personas en sus entrevistas, investigó hasta sus límites lo ocurrido con William Martin, ese ser virtual, cuya inexistencia removió estrategias decisivas en la II Guerra Mundial, prologuista y presentador de mucha gente escritora surgida en los últimos tiempos gracias al editor de Niebla. El hombre al que me refiero dará esta noche, viernes, a las 21.30, en el Antiguo Matadero, hoy Escuela de Arte, el Pregón de la Velá de Santa Ana, semblanza para escuchar por lo que diga de la época citada y por cómo lo diga, que el entusiasmo no bajó jamás un ápice en el buen hacer y decir del escritor Diego Lopa Garrocho.
Manuel Garrido Palacios
3 comentarios:
Que cierto cuanto cuenta Manuel Garrido de la Merced y que cierto el retrato de Diego.
Gracias José María.
Mi más sincero agradecimiento al Maestro y amigo Manolo Garrido. Un abrazo grande y sincero.
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