HOJAS SUELTAS. FUENTE DE LAS NACIONES
Otra de mis publicaciones que no han llegado a ver la luz pública tiene por título HOJAS SUELTAS. Recuerdos de mi infancia engrandecidos en la memoria por la distancia. Sueños infantiles, anhelos de adolescente y miradas a la madurez.
Hoy comienzo con el capítulo titulado LA FUENTE DE LAS NACIONES
Hoy comienzo con el capítulo titulado LA FUENTE DE LAS NACIONES
A veces, lograba ese
permiso inconcreto para ir a cualquier parte, algunas de ellas, marchaba hasta
el puerto atraído por esa extraña fascinación que siempre ejercieron sobre mí,
los marineros extranjeros con sus extrañas lenguas y sus ansías de alcohol.
Luego, serpenteando entre
los raíles del mineral, venía a salir hasta el Muelle de los Ingleses, comenzando
un siempre inacabado paseo, que solía detener en la Fuente de las Naciones. La
fuente, rica en agua fresca y transparente estaba, para mí, rebosante de
ilusiones…
Sentado en su interminable
banco de ladrilletas rojas, rodeado de mosaicos con los escudos de los países
iberoamericanos, me dejaba trasladar, con los ojos fijos en el concreto
horizonte de la ría, hasta unos mundos ignotos en los me veía aclamado
Caudillo, invencible guerrero y hasta dueño de un cuerno de la luna.
Eran aquellas unas tardes felices que luego me acompañaban hasta la Vega, con la dicha de sentirme dueño de mi propio universo adolescente…
Eran aquellas unas tardes felices que luego me acompañaban hasta la Vega, con la dicha de sentirme dueño de mi propio universo adolescente…
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