SERIE ROCÍO Y SAIDA EN 39 COLORES. NÚM 3
Os dejo una nueva entrega de la serie ROCÍO Y SAIDA EN 39 COLORES: La
poesía de un objetivo fotográfico abrazada a una modelo envuelta en uno
de MIS SUEÑOS EN 39 COLORES.
Hoy, juntos, lo hacemos con el sueño en color VERDE MAR.
"El Sueño no correspondía a ninguna de las categorías de amor que había dado como buenas. El Sueño era una persona misteriosa y compleja a la vez, capaz de desarmarlo con su ironía y de desafiarlo con sus preguntas, de turbarlo con su osadía y de excitarlo con sus proposiciones.
Cuando fue conociendo a la dueña del Sueño, comprobó como lo hacía estremecerse solo con adivinarla, excitarse apenas con intuirla y reír como nadie antes lo había logrado. Luego supo, en las largas veladas de amor, cómo le inventaba historias imposibles y cómo las llenaba de fantasías de algodón a la vez que lo provocaba con sus juegos mezcla de sentimientos y de palabras.
En presencia del sueño todo parecía iluminarse con un brillo diferente, diría que rodeado por un fulgor irresistible. Su presencia… El dulce olor de su transpiración en las largas noches de amor, el gracioso trazo fino de sus cejas arqueadas en un gesto de ingenua y perpetua sorpresa, la esbeltez imposible de su cintura. Y sobre todo, la risa de los dos. Eso era lo mejor del sueño, la alegría desenfadada de su amor..."
Fotografía: Rocio Escudero. Modelo: Saida Del Pino.
Hoy, juntos, lo hacemos con el sueño en color VERDE MAR.
"El Sueño no correspondía a ninguna de las categorías de amor que había dado como buenas. El Sueño era una persona misteriosa y compleja a la vez, capaz de desarmarlo con su ironía y de desafiarlo con sus preguntas, de turbarlo con su osadía y de excitarlo con sus proposiciones.
Cuando fue conociendo a la dueña del Sueño, comprobó como lo hacía estremecerse solo con adivinarla, excitarse apenas con intuirla y reír como nadie antes lo había logrado. Luego supo, en las largas veladas de amor, cómo le inventaba historias imposibles y cómo las llenaba de fantasías de algodón a la vez que lo provocaba con sus juegos mezcla de sentimientos y de palabras.
En presencia del sueño todo parecía iluminarse con un brillo diferente, diría que rodeado por un fulgor irresistible. Su presencia… El dulce olor de su transpiración en las largas noches de amor, el gracioso trazo fino de sus cejas arqueadas en un gesto de ingenua y perpetua sorpresa, la esbeltez imposible de su cintura. Y sobre todo, la risa de los dos. Eso era lo mejor del sueño, la alegría desenfadada de su amor..."
Fotografía: Rocio Escudero. Modelo: Saida Del Pino.
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