miércoles, 15 de noviembre de 2017

MI CUADERNO DE BITÁCORA: LISBOA

Os dejo una nueva entrega de MI CUADERNO DE BITÁCORA, un paseo acompañado de la saudade que emana Portugal



                    Pocas ciudades tienen el secreto encanto que rebosa Lisboa, íntima, acogedora, cercana, colorista, se me agotan los adjetivos para calificar al laberinto de calles, plazas y monumentos volcados a la contemplación del Tajo.

                   Se hace difícil comenzar un recorrido, al final todos acaban desembocando en la inmensa Plaza del Comercio, has podido bajar desde la Plaza Marqués de Pombal, pasear por la zona de Rossío contagiándote de la alegría callejera de los lisboetas.

                    Imprescindible, el Barrio Alto al atardecer,  puedes subir por el elevador de Santa Justa, simplemente paseando o en el tranvía desde la zona de la Plaza del Comercio hasta desembocar en la Plaza de Luis Camoes y allí, necesariamente, un alto en el camino para saborear un café en A Brasileira, una estampa de los años 20 llena de colores sepias entre sus mesas de mármol.  Calles estrechas, llenas de locales acogedores para una cena con la compañía de los fados, música a la vez triste y cercanamente nostálgica y un sabor arquitectónico rebosante de cercanías. Cuantos sentimientos en las voces rotas de los fadistas

                       Si paseas por la zona de Belen te perderás entre la grandiosidad del Monasterio de los Jerónimos de inconfundible estilo Manuelino, la Torre de Belem o el monumento a los Descubridores con las vistas, tras el puente 25 de Abril, de la silueta del Sagrado Corazón abarcando la inmensidad del Tajo. Y que nadie deje de visitar las tiendas típicas de Lisboa para probar los pasteles de Belen, deliciosos bollitos rellenos de nata, insignia de la repostería lisboeta

                       En el Barrio de la Alfama, que sobrevivió al terremoto de 1.755 te puedes perder por sus calles estrechas hasta llegar hasta el Castillo de San Jorge, las vistas son incomparables y una cerveza en cualquier terraza tiene un sabor distinto.

                       Impresionante El Oceanario, legado de la Expo Universal e imprescindible visitar Sintra, Estoril, Cascais y alargarse hasta el Monasterio de Batalha construido en recuerdo de la batalla de Aljubarrota. Una impresionante visión a la vuelta de un inesperado camino.

                       Portugal, como dice el slogam… tan lejos y tan cerca…   Pero Lisboa es algo más, es un sentimiento urbano que te atrapa entre sus encantos para no abandonarte jamás.  Quién visita Lisboa nunca dejará de recordarla, de sentirla, de vivirla y, en definitiva, de amarla…

2 comentarios:

Blogger Sandra Figueroa ha dicho...

Un placer pasear por tus letras y soñar con las bellezas que describes y que un día conoceré. Siempre sera grato llenarme de colores al leerte. Saludos a la distancia....cuídate mucho.

16 de noviembre de 2017, 9:22  
Blogger Del Rosa Al Amarillo ha dicho...

Gracias por tu visita amiga Sandra. Un abrazo muy cercano hasta México.

17 de noviembre de 2017, 22:07  

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