SUEÑOS EN ROSA Y AMARILLO

¿Que puedo deciros a las amigas que habeis entrado durante este mes de ausencia en el blog para dejar vuestro saludo y la calidez de una cercanía que me hace sentir en deuda con vosotras...?
Creo que mejor que deciros nada, será regalaros un sueño que os devuelva la posibilidad de fantasear desde un color tan hermoso, tan apasionado y tan vehemente como es el ROJO. Para las amigas que lo habeis pedido en los últimos días: Amaya, Marisa, Carmen, Soñadora. Rosa, Poetiza, Cristina y para dos nuevas visitantes: Olvido y una amiga anónima (con lo bonito que sin duda será tu nombre...).

SUEÑO EN COLOR ROJO: Tu SUEÑO piensas en palabras, para tí el lenguaje es un hilo inagotable que tejes como si la vida se pudiera hacer al contarla. Yo, en cambio, pienso en imágenes prisioneras en una fotografía. Y, sin embargo, estas imágenes no están impresas en ninguna placa, están como dibujadas a plumilla, son un recuerdo minucioso y perfeccionista, de volúmenes suaves, perfiles sin aristas y colores cálidos, a veces renacentista y a veces barroco como una representación aprisionada y hecha realidad sobre el papel granulado de la tela de mi memoria.

Es un momento profético, representa toda nuestra existencia, todo lo vivido y todo lo por vivir, todas nuestras épocas simultáneas, sin principio ni fin a la espera de convertirnos los dos en una misma cosa.

Desde la distancia miro el dibujo que formamos, soy espectador y protagonista a la vez. Estoy en la penumbra, velado por los cortinajes de la bruma de los sueños y las desazones. Se que el hombre de la imagen soy yo, pero también se que soy este que observa desde fuera. Conozco lo que siente el hombre pintado sobre esa cama revuelta, en una habitación de vigas oscuras y techos de convento reconvertido en hotel, donde la escena aparece como el paisaje de una ceremonia tan antigua como actual. Nos contempla un habitáculo que antes se llenó de rezos y silicios y que ahora lo hace de pasiones y de sueños.

Estoy allí contigo y también, solo, en otro tiempo de la conciencia y en el actual de la realidad. En el cuadro, la pareja descansa después de hacer el amor, la piel de ambos brilla húmeda, el hombre tiene los ojos cerrados, una mano bajo su nuca y la otra sobre el muslo de ella en intima y cercana complicidad...

Yo desde fuera de la foto, miro a los ojos de la mujer que está dentro y le digo:

Cuéntame un cuento
¿Como lo quieres? Me pregunta desde su turbación enamorada.
Yo, mirando la vieja bandera amarilla del Nueva Fidelidad, le respondo: "Cuéntame un cuento que nunca le hayas contado a nadie..."

Os quiero regalar como contraste de la fotografía que acompaña al SUEÑO un atardecer en mi playa de Urbasur, unas arenas continuidad de las del Portil donde en Mayo de 1943 apareció el cuerpo del Mayor William Martin, protagonista de mi próximo libro "El hombre que nunca existió" que ya está a la espera de su edición por el Servicio de Publicaciones de nuestra Universidad.

Como siempre mi más cercano, afectivo y cálido abrazo a todos los amigos y amigas del blog.