MIS SUEÑOS EN 39 COLORES
Vuelvo, en visperas de las ansiadas vacaciones de "ocio activo", a entregaros unos de mis SUEÑOS EN 39 COLORES, un capítulo de mi nuevo libro del que, como novedad, os anticiparé que además de llevar un CD con los sueños leidos en mi voz y grabados en los estudios de UNIRADIO, donde se parieron estos sueños, irá ilustrado con fotografías artísticas de gran belleza así como de dibujos abocetados.
Os regalo este del color NARANJA donde me pierdo entre las veredas de mis ensoñaciones y fantasías oníricas empapadas en la más pura literatura fantástica de mis maestros Iberoamericanos.
Había sido una noche gloriosamente
inacabable, juntos habíamos caminado por los senderos irrepetibles de nuestros
cuerpos. Estaba comenzando la amanecida y, desde los claroscuros del alba,
nuestros ojos desnudaban sin pudor los sentimientos del otro.
Me detuve en los del Sueño mientras
contaban, en silencio, la vieja historia de un lejano antepasado que había
vivido buscando un amor prometido desde el mismo instante en que salió de la
vagina de su madre, al parirlo entre los verdes silencios de la selva. Hijo de
una india y de un colono alcoholizado supo, con su primer llanto, que solo se
redimiría cuando encontrase a una mujer de su propia familia con quién
purificar la descendencia.
Acuciado por su estrella, desde muy niño, se
marchó a caminar por los senderos de su propia historia y vagó durante años por
caminos atravesados por los pantanos. Se movió entre zancudos, víboras y
pajarracos siempre buscando la familia de su padre donde, según le había dicho
se madre, antes de morir consumida por las fiebres de los malos espíritus, moraba
una hermosa prima, hija de antepasados que, deteniendo los años, soñaba con la
salvación de la estirpe mientras esperaba pacientemente su llegada. De generación en generación se había
transmitido la creencia de que solo la mezcla de estas dos sangres hermanas, a
la vez joven y vieja, salvaría los destinos de su familia.
Atravesó campos llenos de una vegetación
voraz que ya había crecido nuevamente cuando apenas había acabado de cortarla. Durmió en rincones acunados por
claros de luna entre el chillido eterno de las aves del trópico, pero siempre
guiado por la certeza de que encontraría ese otro mundo, en forma de barco
varado entre árboles, donde reposaría de años enteros caminando solo con el
rumbo que le marcaban sus sentimientos.
Cuando aquella tarde, preñada por las
lluvias de agosto, avistó los viejos mástiles, doblados por el peso del tiempo,
sintió como su corazón le gritaba que había llegado hasta el puerto donde
podría reposar por vez primera desde que salió, siendo un niño, de los chozos
donde había nacido. Avanzó con los
latidos del corazón acelerados y la vista fija en el porche, que era la
cubierta de la casa hecha barco, allí pudo ver a una niña sonriente, los ojos
verdes y las pecas alumbrando su rostro. Apretó el paso sintiendo el pulso
desbocado. Conforme se acercaba, la figura se fue diluyendo, el cielo se
oscureció en momentos y sintió un mal viento en el rostro que le heló el
corazón…
Al
llegar hasta ella, encontró una anciana vestida de negro esperando, sin duda,
su llegada profética. Acercó su mano para tocarla y la figura se diluyó en una
nube de polvo que el viento se llevó entre remolinos preñados de sortilegios. Desorientado,
y con los ojos muy abiertos, se sentó en la escalinata junto a la mecedora
vacía sin saber muy bien qué o a quién podría esperar…
En ese momento el Sueño pareció
dudar, le acaricié dulcemente sus manos para que abriese los ojos y volviese a
nuestra realidad… Lo hizo, me sonrió y me dijo: “Amor mío, la vida es como los
sueños preñados de búsquedas lejanas e imposibles, por eso, cuando en cualquier
esquina de tu camino encuentres al amor de tu vida, cógelo, dale la mano,
cierra los ojos y vívelo sin pensar lo que pueda durar, porque cada instante de
ese amor valdrá siempre más que toda una vida de monotonías…“
Se
dejó rodear por mis brazos y reposó su cabeza en mi hombro mientras me decía…
“Con
esta historia que te acabo de entregar, quiero que me construyas un cuento, con
final feliz, para no olvidarlo jamás...”
La acaricié desde mi cercanía y le
pregunté: “¿Cómo quieres que te lo
cuente…?”
Perdida
en la inmensidad de nuestra ternura, sombreada con nuestra cercana bandera
amarilla, me susurró tiernamente… “Cuéntamelo como nunca antes jamás se lo
hayas contado a nadie…”
22 comentarios:
Sin duda un sueño precioso en esa forma de cuento.
Te auguro un nuevo éxito con esa publicación. ¿Ficción o realidad...?
Besos
Diego, es un cuento precioso y no hago justicia con este adjetivo.
La historia nos va llevando en la ensoñación que envuelve una frondosa naturaleza, onírica y de imágenes poéticas.
Te felicito amigo por ese nuevo libro que verá pronto la luz y del que disfrutaremos con tu voz y con su lectura.
Un abrazo
Alicia, en la vida todo tiene un componente de ficción y de realidad.
Gracias por tu visita y tus buenos deseos.
Un saludo adonde quiera que vivias.
Felicidad ese elogio viniendo de una escritora como tu es una gran satisfacción personal.
Gracias amiga y un gran abrazo
Hay un fruta que me persigue desde la más temprana infancia. Primero aparece entre las hojas, verde, amaarga. Más tarde, alrededor de su semilla, se expande y se carga de néctares. Luego, una vez alcanzada su madurez, empieza a tomar color: primero rosa, luego fucsia, luego carmesí... y un aroma delicioso invade el entorno. Yo las colgaba en las orejas, como pendientes de granates: cerezas. Eso son tus relatos, Diego. Cerezas que van tomando cuerpo y que explosionan bajo los cielos.
Que puedo decir querida Aurora. Me dejas anonadado con tu comentario.
Gracias, gracias, gracias... Viniendo de alguien de tu categoría literaria es una inmensa satisfacción.
Un gran abrazo.
¡Qué exagerado....! A ver cuándo te enteras de lo que digo siempre: soy una más en esta miríada de escritoras y escritores que poblamos este país. En estos tiempos, el que lee un libro, escribe otro y, lo que es peor, el que no lo lee también.
Gracias por permitirme ponerme en contacto con tanta gente.
Y lo dicho, no exageres. Afortunadamente yo no me veo así, Diego.
Precioso sueño, cuando algo se escribe con la sensibilidad que tu imprimes a todo lo que haces de ello solo puede nacer algo así de hermoso.
Seguro será todo un éxito tu nueva publicación y lujo para todos que la compartas con nosotros.
Besossssssssssssss
No exagero Aurora, no seas tan modesta. Ponerte en contacto con tanta gente como pasan por mi blog es una satisfacción y un apunte de categría para delrosaalamarillo.
Un gran abrazo
Efectivamente Nut, desde la sensibilidad y las evocaciones mezcladas con la fantasía suelen salir escritos rebosantes de sensualidad.
Gracias por percibirlo.
Un abrazo.
Un lujo leerte Diego. Gracias por regalarnos la posibilidad de soñar con tus palabras.
Un abrazo
Siempre pasas en tu hora bruja de la madrugada. Querida amiga del blog. Gracias y un abrazo muy cercano
Hola Diego, un cuento maravilloso, pasear por tus letras me llena de colores el alma que sueña un sueño que no se realizara....... Siempre sera un placer leerte Diego. Cuidate mucho.
Gracias por tu cariñosa y habitual visita Sandra. Hasta tu Mexico amado te mando mi abrazo lleno de sueños de colores.
Me ha fascinado. Muy buena prosa, es un relato cautivante y sabio. Interesante la estructura de dos planos para construir el espacio y el tiempo, la estructura formal. Al mismo tiempo posee la atmósfera del sueño, de la intuición y la premunición, cierto instinto. En el arquetipo femenino, la vieja es bruja y sabia.
Un beso. No, muchos. Gracias por estar conmigo en La Cala.
Estimado Diego
Has escrito un cuento tierno, romántico, interesante y muy fácil de leer: realismo mágico.
La imagen está bella, como imagino todas las que pusiste en tus “Sueños en treinta y nueve colores”.
Espero tengas éxito con la publicación.
Un abrazo
Eva, hermosas palabras para mi relato, viniendo de tí son una gran satisfacción personal.
Besos para tí amiga.
Efectivamente Rud, realismo másgico, ese tan común entre tus paisanos a los que tanto admiro.
Me alegra que te guste soñar con mis sueños..
Besos hasta Colombia.
Más vale tarde que nunca, he andado de vacaciones y alejada de internet. Un grato sueño para mi vuelta.
Gracias Diego, sencillamente precioso.
Gracias por tu visita Amaya, la verdad es que me extrañó tu ausencia.
Me alegra que te haya gustado el sueño.
Un abrazo de bienvedida.
Bueno, por fin..Una maravilla, emocionada estoy con esos "verdes silencios de la selva" Enhorabuena, es un placer leerte.
Encantado de ese placer que experimentas al leerme. Ya podrás tener todos los sueños, voy a publicar un libro con los 39 sueños.
Un abrazo
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