martes, 27 de febrero de 2018

EPITAFIOS INCOMPLETOS

Mi querida amiga la poeta María Luisa Domínguez Borrallo  saca su tercer poemario bajo el título EPITAFIOS INCOMPLETOS, una María Luisa diferente a su Penélope y distante de "No pongas nombre al olvido" pero rotunda y desgarrada en sus versos. Os dejo este poema "Los hijos no nacidos".




Los hijos no nacidos,

esos que nunca ocuparon mi vientre,

que sin placenta ni cordón umbilical

fueron hermosos y crecieron

sin varar en ningún puerto.

Los hijos no nacidos,

esos que quise parir, me duelen

en las contracciones que no tuve

y en el alumbramiento

que no pude llevar a cabo.

Los hijos no nacidos,

esperan ser engendrados,

están esperando nacer.

miércoles, 21 de febrero de 2018

NEREA RIESCO


 
Por tercera vez la autora NEREA RIESCO, traducida a 12 idiomas y con 300.000 ejemplares vendidos, acude a Huelva a presentar en primicia su última novedad. Antes fueron TEMPUS y LAS PUERTAS DEL PARAISO y ahora el próximo 22 de marzo en la Biblioteca Provincial tendré el placer de presentarle LOS LUNES EN EL RITZ. Expectante ante esta nueva muestra de la versatalidad de Nerea que tendré el honor de presentar como hice con las anteriores.


domingo, 18 de febrero de 2018

SUEÑOS EN RAMILLETE

Esta excepcional fotografía de PACO GÓMEZ con la modelo LUNA ESPINO es merecedora de un ramillete de frases sacadas de mi libro SUEÑOS EN 39 COLORES

” Diez minutos que nunca respeté. Sabía que si te acompañaba en el regreso a la realidad con caricias suaves, casi perdidas, como besos robados por el viento de cualquier esquina, tu cuerpo se estremecería como un racimo de uvas en septiembre.



"Yo te apartaba el cabello para mirarte a los ojos del alma, unas veces sonreías mientras los entornabas y otras te sentabas a mi lado. Las piernas recogidas con una gracia innata que oscilaba entre la inocencia y la provocación, gustabas de pasarte tu chal de transparencias entre un hombro y tus pechos que sonreían tras las proposiciones indecentes y mágicas del tejido y, todo esto, lo hacías rodeada del silencio de la noche que apenas comenzaba...
Así te recuerdo, en una calma mezcla de extenuación y de deseo renovado...



El Sueño, apenas perdió el miedo a despertarse y a despertar sus pasiones, emergió en su verdadera naturaleza femenina espontánea y apasionada. El sabía las innumerables formas de complacer a una mujer y sabía también que el vigor cuenta menos que la paciencia. Por eso le hablaba, la cubría de suaves caricias, llenas de labios trémulos, mientras que la amaba hasta que la sentía despeñarse, sin posible retorno, por los barrancos infinitos de la pasión...



"Diez minutos por favor..." Y sonreías con la inocente dulzura de la hembra hecha mujer que se siente niña al enamorarse en la madurez. Entonces, lentamente, llena de sensualidad, comenzabas el regreso hasta mi realidad, una realidad que estallaba entre tus manos, cuando al sentir la quemante fuerza de mi mirada en tu espalda, te girabas y subías a bordo de la goleta en que viajaríamos juntos...

domingo, 11 de febrero de 2018

MIS HOJAS SUELTAS

Un nuevo capítulo de mis HOJAS SUELTAS, recuerdos de niñez y de adolescencia adornados con la perspectiva del tiempo para engrandecerlas. Hoy recuerdo a MI TÍA FELICIANA y su Barrio Obrero.


                      Con cuanto carácter y disimulada alegría la tía Feliciana nos regañaba mientras cogíamos los primeros nísperos del año.

                        Nunca se borrará de mí su figura pequeña, regordeta, ágil,  moviéndose con soltura entre las enaguas recién almidonadas o junto a las pecheras o los puños inmaculados.      Mi inolvidable tía Feliciana era planchadora, en los últimos tiempos de la artesanía,  cuando la fibra derrotaba a la taza de almidón.

                        Soltera, vivía con las tías Jesús y Pepa y el tío Miguel, en el Barrio Obrero y, a veces, la acompañaba hasta la Casa Colón, a llevar sus prendas planchadas a las familias inglesas. Era, en aquellos años 50, como entrar en un mundo nuevo lleno de colores y chocolates.

                       Tenía conmigo una obsesión especial, regalarme cuando me marchara al Ejército, como había hecho con todos los sobrinos aquella célebre bolsa de tejido que todos llevaban para la ropa sucia.    Tantas veces me lo repitió que, en mil ocasiones,  soñé con las formas de mis iniciales bordadas, en no se que hilo de color, sobre alguna tela de ocasión.
                        
                       Cuando en mi adolescencia, entré en su alcoba -minutos antes de su muerte- a darla un último beso, abrió penosamente sus pequeños ojillos, llenos de cansancio y de paz y a modo de despedida aún pudo decirme:”Tu taleguita, hijo, ya no podré hacértela…”

                      Y a pesar de los años transcurridos nunca -en momentos de soledad-  puedo, ni olvidar esas palabras, ni el sonido penetrante que, en aquella mañana lluviosa de Febrero,  formaban la campana del cementerio y la tierra cayendo sobre su humilde y última morada.         Adiós querida tía Feliciana.

Noviembre de 1978

martes, 6 de febrero de 2018

MI SUEÑO EN COLOR VERDE ESMERALDA

Os dejo parte de mi sueño en color VERDE ESMERALDA con foto de Jorge Lázaro


Sueño, necesito escribirte, no sé por qué esta noche necesitaba
verte. ¿Sabes…? Siento en mi cuerpo síntomas de tu ausencia, una
enorme acumulación de ternura en mi boca. Se me hace difícil no
tenerte, después de haberte tenido, aunque vaya a volver a tenerte.


Cierro los ojos y tu piel en la distancia, mujer de mis Sueños,
me huele a tierra mojada después de la lluvia, a humos de fogatas
de invierno entre campos de olivos o a la sal marina de los crepúsculos
de mi playa. Sigo con los ojos cerrados y te evoco en noches
interminables de amor, los dos subidos en un gigantesco carrusel
lleno de luces y de sonidos, navegando en una vieja ola marina, subiendo
y bajando al ritmo, a veces desenfrenado y a veces calmoso,
de nuestra pasión.


Tú, Sueño, eres distinta. A ti te basta con existir para despertar
mi pasión, mi amor y mis deseos. Siempre necesité un cortejo meciendo
a mis otras vidas pero en ésta, a tu lado, solo te necesito a ti.
Me gusta ver el mundo reflejado en tus ojos. Ya sabes que mi
alma nace a la orilla de tu mirada, llena de los reflejos pudorosos de
39 colores mezclados sin orden ni concierto.


Por eso te llevo conmigo a todas partes. Porque desde que te
conozco no has dejado de acompañarme en cada minuto de mi nueva
vida. Por eso y porque en cada momento de soledad, siempre te
encuentro. Sonrío mirándote a los ojos y te pido desde mi dulzura
enamorada…


“Cuéntame un cuento”
“¿Cómo lo quieres…?” me preguntas desde tu mirada cercana.
Y yo, izando mi amada bandera amarilla, te respondo:
“Cuéntame un cuento que no le hayas contado a nadie…”