Un placer recibir en las esquinas en rosa y amarillo del blog a una mujer que hace poesía desde la sensualidad, la cercanía y la pasión. Me encantan tus versos Ana.
No.
No lo
esperaba.
Llegué
con lazos de poesía
prendidos
en mi pelo,
en mi
cintura cientos de amapolas,
y en las
manos simplemente unos versos,
que
bebernos juntos aquella tarde.
No lo
esperaba,
la
confluencia, el implacable destino
haciendo
trampas,
o no sé
qué cosa,
llegué
con mi verdad como sorpresa,
y tú mirabas
cándido.
Debió
salir la cruz
al tirar
la moneda, o algo así.
No, no
lo esperaba
tu sueño
con el mío
como una
enredadera,
no…
No,
tu boca
haciendo estragos
en mi
lengua,
el
corazón luciendo sus arritmias,
desordenados
con la
locura intacta, tú y yo,
y el
mundo abriendo sus compuertas,
o todas
sus ventanas que dan al paraíso.
Esas
raíces que incitaron mis piernas
y Venus
creando sortilegios
en la
distancia mínima
que
desapareció
después
de ese primer beso.
No!!!
El beso
traicionero
arándonos
la piel
jadeándonos
poemas
con su
perfecta rima,
gota
a
gota
vibrándonos,
y la
saliva
latiendo
a
un
minuto,
de
dos
extraños,
convertidos
a
uno.
No¡¡¡
No, no
lo esperaba,
no,
fue de
improviso
como
llueve en la noche
mientras
contamos estrellas…
y las
campanadas nuevas
desplazan
cualquier música.
No lo
esperaba…
Lunes
que no soporto hoy,
que ya
no me soporto, no.
Devuélveme
el beso,
la
sangre,
el grito
espontáneo
que te
regalé
herida
de muerte,
mientras
te suplicaba
un poco
más,
un poco
más del ritmo
de los
cuerpos,
más,
y
más
y
un
poco
más
de
ti,
de tus
osadías en mis pezones,
como
amante que dona fantasías
sin
dejar de agitarse
más
y
más
hasta
mojar
ansiosa
los
almohadones
que
adornan
tu
sofá.
No, no
lo esperaba,
que
moldearas mi cuerpo
por tu
cuenta,
y por mi
cuenta..
Ni yo
tenía permiso
ni tú
salvoconducto.
No
¡quiero
que me devuelvas
el lunes
imperfecto
donde
mueren las hadas!
No, no
lo esperaba,
el
tiempo se me está
volviendo
ingrato,
y tú
posees, maldito,
todo
mi
tiempo
azul,
todo
mi
tiempo,
es
tuyo.
Ana
Deacracia